En el sector industrial la refrigeración es un factor clave en gran parte de los procesos. En este sentido, sabe qué es un chiller y conocer que estos se ha posicionado como una de las principales soluciones para lograr la temperatura adecuada en ámbitos como el de la alimentación, el aire acondicionado, el mantenimiento de maquinarias que alcanzan altas temperaturas y, cómo no, también en contextos informáticos y, más concretamente, en data centers.
Más allá de las circunstancias en las que se puede aprovechar esta tecnología, ¿qué es un chiller y cómo funciona? A continuación, profundizamos en el concepto y su desarrollo, además de indicar sus diversas tipologías y darte las claves principales acerca de cómo decidir el más adecuado para tu caso en particular.
¿Qué es un chiller exactamente?
Una buena pista para entender qué es un chiller es su otra denominación: conocidos también como enfriadores de agua, se trata de máquinas refrigeradoras destinadas a enfriar un líquido -o simplemente aire- que se encarga de propagar el frío a través de un circuito. Tiene una influencia directa en cuestiones fundamentales a nivel industrial, como la eficiencia energética y el mantenimiento de los equipos.
Así pues, el chiller es un sistema de aire acondicionado que enfría agua para enviar aire frío a través de una UMA (Unidad Manejadora de Aire) a oficinas, industrias, centros de servicios públicos, hospitales u otros espacios privados y públicos. Resulta especialmente útil en aplicaciones en las que se generan altas temperaturas y ofrecen una refrigeración económica y centralizada a partir del medio refrigerante, que habitualmente suele ser el agua.
¿Cómo funciona un chiller?
El chiller tiene un funcionamiento similar al del aire acondicionado, aunque su aplicación es mucho mayor. Para entenderlo sin entrar en tecnicismos, indicaremos sus elementos principales, como son el condensador, el compresor, la válvula de expansión o el evaporador, ya que además son los que explican mejor todo el proceso.
De este modo, hablamos de un fluido refrigerante -agua o aire- que se mantiene a baja temperatura para absorber el calor. Un compresor se encarga de incrementar la presión para transportar el flujo y la válvula de expansión baja de nuevo la presión para evaporarlo. En este momento, el condensador -habitualmente fabricado en cobre-, vuelve a enfriar el líquido para que el ciclo comience de nuevo.
Para entenderlo más fácilmente, los chillers trabajan mediante la entrega de un flujo continuo de refrigerante al lado frío del evaporador a la temperatura deseada. Posteriormente, el sistema bombea el líquido refrigerado a lo largo del proceso para eliminar el calor de su equipo y canalizarlo de nuevo al retorno.